Pérdida de la inocencia

El otro día me llamó la atención ver en una esquina a una madre con su hija de 4-5 años, esperando a que el semáforo se pusiera en verde para ellas y pudieran cruzar, y al costado junto a ellas (pero no con ellas), un hombre en silla de ruedas. La nena se le quedaba mirando, y la madre, ya el semáforo en verde, tiraba de su brazo, pero la nena seguía obsesionada mirando al hombre en silla de ruedas.

Me hizo recordar a unos (bastantes) años atrás en que fui a Tandil con familiares (hermana, su esposo de entonces, hijo e hija, es decir, mis sobrinos), y nos alojamos en una casa donde también se encontraban de vacaciones una familia amiga de ellos. Como mi cuñado tenía “negocios” en un campo cercano de ahí, usualmente íbamos para pasar el día (cabalgando, comiendo asado, como fuera). Quienes cuidaban el campo tenían un hijo, que se encontraba en silla de ruedas, por alguna enfermedad (hidrocefalia, creo) que padecía desde su nacimiento y que por su hábitat rural y no haber vivido en una ciudad, donde hubiera tenido acceso a mejores tratamientos, no pudo solucionar.

La familia amiga tenía un hijo, también de unos cinco años, que eventualmente le hizo la pregunta a mi hermana: “Cuándo se va a levantar el chico de la silla de ruedas?”. Una pregunta que enternece (y entristece) por lo inocente. Y lo que vi en esa esquina esa mañana me trajo a colación este recuerdo porque esencialmente fue la misma situación: dos niños que no podían entender que una persona se quedara sin piernas, que no las pudiera usar; tanto como les debe ser muy difícil lidiar con la muerte, comprender que algo que antes estaba ya no está más.

Y creo que en ese momento ambos chicos se enfrentaron a la cruda realidad de la vida, e iniciaron el tortuoso camino de la pérdida completa de la inocencia. (fah).

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Responses

  1. Guty Avatar
    Guty

    Uff…no me hagas acordar. Gabriel, el enano del medio, hace un tiempo tenía cierta obsesión con la muerte y preguntaba todo el tiempo, no sé cuántas veces tuve que explicarle qué le pasó a su abuelo (mi viejo), y lo peor era cuando veía televisión y alguien moría o enfermaba.
    Suerte que su hermano me ayuda a educarlo, y eso que tiene apenas 6 años 🙂

  2. Sergio Berton Avatar
    Sergio Berton

    Lamentablemente es una situación difícil, aún para quienes somos grandes.

    Como padre me ha tocado más de una vez tener que explicar algunas cuestiones “llamativas” de la vida, y aunque he tratado de ser lo más directo posible no es fácil bajar un pensamiento tan abstracto a la realidad de un chico.

    Tampoco soy de los que evitan hablar de esas cosas, pero no me gusta mentirle a mi hijo, así que respondo lo más sincero posible.

    Justo ayer me preguntaba “qué es una iglesia?”, me limité a decirle que es un lugar donde se reúne gente. 😛

    O la vez que me avisó que había una “abuela chiquita”, al encontrarse con una mujer de muy baja estatura.

    Finalmente creo que es importante, a pesar de todo, no pasarle todas las frustraciones que tenemos como adultos y que ellos vayan descubriendo algunas cosas por sí mismos, siempre respetando a los demás.

    Que bueno que hayas tratado este tema!

    saludos!

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