Ayer, después de varios meses de tenerla en una jaula fea y angustiante, liberé por fin a Hedwig, la cotorra. La encontré hace varios meses en el balcón, comiendo de una maceta, y con el gato acechándola a medio metro. Era preferible ganar una mascota antes que perder otra 😛 (vivo en un 13er. piso).
No me gustaba tenerla en una jaula, me daba pena, y siempre esperé alguna oportunidad… como actualmente estoy yendo a practicar manejo en la pista del GCBA (como habrán deducido por el post anterior) y vi que había varias cotorras allí, en una ida a la pista fuimos con la jaula, y la liberamos con mi viejo.
No sé si fue lo correcto liberar a un animal que evidentemente estaba domesticado (no me explico sino cómo llegó hasta el balcón de mi casa, seguro que se escapó de alguna jaula), sobretodo en un “parque” lleno de perros y autos 😛 (y al lado está el autódromo), pero creo que un día de vida libre vale más que una vida encerrado.
La voy a extrañar, y espero que esté bien y sea feliz :). Y para los twitteros, no más “me voy a lavarle la jaula a la cotorra”, que algunos malinterpretaban! Jaja.
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